Hablar de los derechos que
tenemos los guatemaltecos de ser informados pareciera en este tiempo reñir con
la mayoría de intereses de determinados periódicos, canales de televisión,
radios, e incluso líderes de opinión.
No se puede generalizar claro
está, existen aún periodistas que cumplen la función de informar al píe de la
letra como debería de ser la premisa general de los medios, periodistas dignos en peligro de extinción en su mayoría.
Los medios de comunicación
grandes tienen agendas corporativas, que van hacia el objetivo de ganar más
dinero, no de transmitir la verdad, mucho menos de realizar investigaciones
rigurosas para demostrar lo que publican.
¿Presentaría por ejemplo el
periódico una noticia en contra de uno de sus mayores anunciantes? ¿Lo haría en
su defecto el monopolio televisivo nacional?
Un ejemplo claro de esto son los
medios impresos, sin un rigor investigativo como tal, con afirmaciones
supuestas y poco claras que se transmiten a los guatemaltecos como hechos que
no han sido demostrados a profundidad.
Pero quizá esto no es lo más preocupante, lo que debería preocupar aún
más a nuestra sociedad es el hecho de la no existencia de principios que
garanticen el acceso a una información real basada en investigaciones a todas
luces transparentes. Al contrario es una aberración llamar investigación
periodística a la mayoría de opiniones que se vierten por estos medios.
Basta con abrir un periódico para darnos cuenta de
la falta de certeza que expresan en su información “veraz” se percibe inmediatamente
el exceso de condicional, mucho “habría”, “Dicen que” “fuentes cercanas” Eso utiliza el periodismo hoy día, cuando
quieren dar una información dañina pero al mismo tiempo los medios quieren
cubrirse las espaldas.
Entonces vemos a estos líderes de
opinión cual defensores absolutos de verdades y realidades lanzar a la opinión pública rumores sin demostrar que
en muchos casos han socavado instituciones, carreras, y trayectorias.
Peor aún que se han puesto en el
contexto diario noticioso términos como genocidio, o la verdad del conflicto,
ahora resultan hablando acerca de la historia de una forma parcial defendiendo
a la dictadura militar en muchos casos.
Pero esto no es nuevo, la agenda de estas corporaciones noticiosas han
tenido objetivos claros, los mismos de muchos de sus anunciantes que buscan
desacreditar a algunos que simplemente diferimos de las opiniones que ellos
buscan uniformar: Si usted está en contra de la minería, si critica a Arjona,
si habla de masacres, o si simplemente disiente de una opinión según ellos
absolutamente “buena” para el país, forma usted parte de los inadaptados,
resentidos, malos guatemaltecos, cangrejos, entre tantos otros términos que
desvaloran a todas las opiniones que están en contra del Stablishment.
Claro, han sido los medios, y los
líderes de opinión a los que nos referimos los que han avalado monopolios,
mentiras, argucias, y engaños con tal de vender, son esas falacias las que hoy
no se pueden desmentir porque llevan años metiéndolas a la fuerza en el imaginario
colectivo de esta sociedad que se desbarata cada tanto.